Los laboratorios más beneficiados de esa mala planificación son: J.I. Cohen, Centro Distribuidor, Corporación Amicelo y Stendhal que recibieron el 82% de los contratos de compra local de antirretrovirales, un monto que supera los dos millones de dólares.
De haber respetado los precios de referencia, Guatemala hubiera ahorrado dos millones y medio de dólares que pudo haber usado en acciones para respetar el Derecho a la Salud de las personas que viven con VIH y en consecuencia de toda su población.